martes, agosto 12, 2008

La atención para terminar con el conflicto

¿Existe una posibilidad real de que los seres humanos vivamos sin conflicto?
¿Existe otro modo de vida en donde no hay sufrimiento y dolor?.

Todas estas y otras interrogantes han sido discutidas por filosofos, psicologos y otros profesionales en general.El objetivo de estas charlas ha sido el terminar con el conflicto en el que vive la humanidad, eso que genera las divisiones y por ende las guerras, ademas de ese estilo de vida en desorden y caos de manera general.

Entre las personalidades que más abordarón este tema, encontramos a J.Krishnamurti, filosofo y educador, tal vez una de las pocas personalidades que rechazo tener discipulos.Realizó innumerables charlas alrededor del mundo discutiendo estos temas de los que se puede resumir como principal la busqueda de la libertad incondicional para los seres humanos.



Este video es propiedad de la Fundación Krishnamurti Latinoamerica.
http://www.fkla.org/

sábado, agosto 09, 2008

¿La mente sólo puede aprender en el ocio?

La mente sólo puede aprender en el ocio La relación con otro ser humano es una de las cosas más importantes de la vida. La mayoría de nosotros no somos muy serios en nuestras relaciones porque nos interesamos primordialmente en nosotros mismos y en la otra persona cuando nos resulta conveniente, satisfactorio o sensualmente gratificante. Tratamos la relación, por así decir, a distancia y no como algo en lo que estamos metidos de lleno. Rara es la vez que nos mostramos a otra persona porque no somos plenamente conscientes de nosotros mismos; y lo que le revelamos al otro en la relación es o bien posesivo, dominante o servil. Ahí estamos el otro y yo, dos entes separados, cada cual preocupado consigo mismo, y que durante toda su vida mantienen una división permanente hasta que llega la muerte. Por supuesto que uno da muestras de simpatía, afecto y de ánimo en general, pero el proceso divisorio continúa. De ahí surgen la incompatibilidad, la afirmación de los temperamentos y de los deseos, y en consecuencia hay temor y aplacamiento. Puede que haya unión sexual, pero la relación peculiar, casi estática entre el ‘usted’ y el ‘yo’ se mantiene, con sus peleas, injurias, celos y demás tribulaciones de costumbre. En general todo esto se considera como buena relación. Ahora bien, ¿puede la bondad florecer en medio de todo esto? La relación es vida; no se puede existir sin alguna clase de relación. Por más que puedan apartarse del mundo, el ermitaño y el monje llevan el mundo consigo. Podrán negarlo, reprimirlo, torturarse a sí mismos, pero siguen manteniendo alguna clase de relación con el mundo porque son el resultado de la tradición, la superstición y de todo el saber que el hombre ha acumulado durante milenios. De manera que no hay escapatoria de todo esto. El educador y el estudiante están relacionados. ¿Mantiene el maestro, ya sea consciente o inconscientemente, una actitud de superioridad, siempre subido en un pedestal, haciéndole sentir al estudiante que es inferior y que tiene que ser instruido? Es obvio que en eso no hay relación alguna. De ahí surge el temor por parte del estudiante, una sensación de presión y tensión. El estudiante aprende desde su juventud acerca de esta actitud de superioridad. Se le hace sentir menospreciado y, en consecuencia, a lo largo de su vida o bien se convierte en el agresor o es continuamente acomodadizo y servil. Una escuela es un lugar de ocio donde tanto el educador como el educando están aprendiendo. Éste es el hecho fundamental de la escuela: aprender. Por ocio no entendemos tener tiempo para uno mismo, aunque eso también es necesario; no significa tomar un libro, sentarse bajo un árbol o en el dormitorio y leer distraídamente. No significa tener placidez mental. Y desde luego no significa estar inactivo o emplear el tiempo para soñar despierto. Ocio se refiere a la cualidad de una mente que no está constantemente ocupada con algo, con un problema, con algún deleite, con algún placer sensorial. Ocio quiere decir que la mente dispone de infinidad de tiempo para observar, para escuchar y ver claramente lo que ocurre tanto alrededor como dentro de sí. Implica libertad, la cual generalmente se interpreta como hacer lo que uno quiera, que es lo que de todos modos están haciendo los seres humanos, ocasionando muchísimo daño, desdicha y confusión. El ocio supone tener una mente quieta, sin motivo y, por lo tanto, sin dirección. Únicamente en este estado de ocio puede la mente aprender, no sólo ciencia, historia y matemáticas, sino también acerca de sí misma. Y uno puede aprender sobre sí mismo en la relación. ¿Puede todo esto enseñarse en nuestras escuelas o es algo acerca de lo que ustedes leen y o bien memorizan u olvidan? Cuando el maestro y el alumno están realmente comprometidos con la comprensión de la extraordinaria importancia de la relación, entonces están estableciendo en la escuela una buena relación entre sí. Esto forma parte de la educación, una parte mucho más importante que la mera enseñanza de asignaturas académicas. La relación requiere una gran dosis de inteligencia. Ésta no puede enseñarse ni adquirirse de un libro. No es el resultado cumulativo de una amplia experiencia. El conocimiento no es inteligencia. El conocimiento puede ser agudo, brillante y utilitario, pero eso no es inteligencia. La inteligencia puede hacer uso del conocimiento. La inteligencia adviene de forma natural y con facilidad cuando se ve toda la naturaleza y estructura de la relación. Por eso es importante disponer de ocio para que el hombre o la mujer, el profesor o el estudiante puedan conversar tranquila y seriamente sobre su relación, de manera que se vean sus reacciones, susceptibilidades y barreras tal como son, sin imaginarlas ni tergiversarlas para complacerse mutuamente, ni reprimirlas con el fin de aplacarse el uno al otro. Ésta es, desde luego, la función de una escuela: ayudar al estudiante a despertar su inteligencia y a aprender la gran importancia de la verdadera relación.


Aprender es vivir, Cartas a las escuelas, ©KFT

viernes, abril 11, 2008

La ley del Camión de la Basura
Autor desconocido

¿Qué tan a menudo permites que las cosas absurdas de otras personas te cambien el humor?
¿Permites que los pésimos conductores, los meseros irrespetuosos, el brusco de tu jefe o algún empleado insensible te arruinen el día?
Cada vez que tienes una mala experiencia con este tipo de personas, por lo menos te dejan siempre medio tambaleando al menos que seas 'Terminator' .
Mas sin embargo, una de las características de las personas con éxito es el hecho de que en lugar de quedarse clavados en esa mala experiencia, es que tan rápido se pueden volver a enfocar en lo que realmente es importante.
Hace dieciséis años yo aprendí esa lección. La aprendí en el asiento trasero de un taxi neoyorquino.
Esto fue lo que sucedió: Me subí a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un carro que así de repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado.
El conductor del taxi en que iba alcanzó a frenar a todo lo que daba, el taxi se derrapó y por un pelo de rana casi le pegamos al auto que quedó frente a nosotros.
Después de esto, el conductor del OTRO auto, el tipo que casi causó el accidente, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarnos una cantidad horrible de insultos y majaderías. Todavía recuperándome del susto lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud del chofer de mi taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto. Yo estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté al chofer de mi taxi que porque se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente hasta enviarnos al hospital. Entonces, el taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo La Ley del Camión de Basura.

Mire, me dijo: ¿Ve aquel camión de basura? Sí, le dije ¿y eso que tiene que ver? Pues, así como esos camiones de basura, existen muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción. Tan pronto como la basura se les va acumulando, necesitan encontrar un lugar donde vaciarla, y si usted los deja seguramente le vaciarían su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones.
Por eso cuando alguien quiere vaciar su basura en mí, no me lo tomo a personal; sino tan solo sonrió, saludo, les deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo Usted también y le agradara el haberlo hecho, se lo garantizo.
A partir de ese día comencé a pensar que tan a menudo permito que estos Camiones de Basura me atropellen; y me pregunté a mi mismo que tan a menudo recojo esa basura y la esparzo a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle. Así que me prometí que ya jamás lo iba a permitir. Comencé a ver camiones de basura y así como el niño de la película 'El Sexto Sentido' decía que veía a los muertos, bueno ahora así yo veo a los Camiones de Basura. Veo la carga que traen, los veo que me quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo a personal, tan solo sonrió, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.
Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión. Los buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los lideres y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes y en su mejor estado para la gente que realmente es importante para ellos.
En resumen, la gente exitosa no permite que los Camiones de Basura absorban su día.
¿Y tu? ¿Que pasará en tu vida a partir de este momento?, ¿Optas porque los camiones de basura solo te pasen de lado? Te apuesto que serás mas feliz. De hecho, te lo garantizo.
SI NO SUBES LA MONTAÑA, NO DESCUBRIRAS LA LLANURA.